Hay muchos aspectos en los que estamos de acuerdo y
cumplimos, incluso criticamos el que muchos no cumplan y evadan sus obligaciones.
Pero, también sucede que vemos la mota en el ojo ajeno y pasamos desapercibido
en la viga en el nuestro. Cumplimos lo que nos favorece o no podemos evitar,
pero evadimos todo aquello que se nos presenta la oportunidad.
Pero, lo peor es que pensamos que al evadir nuestros
compromisos y la Ley, pensamos que nadie nos ve, y por lo tanto nos libramos de
la Ley. ¿Acaso no nos ve Dios? ¿Acaso no es Dios lo que nos debe importar? ¿No
es Él nuestro verdadero público? Cuando actuamos no debemos mirar si nos
conviene o no, sino si es Voluntad de Dios.
José y María nos dan ejemplo y testimonio de vivir en la
Voluntad de Dios. No sólo aceptan su Plan de Salvación, sino que asumen todas
las adversidades del camino, aún sabiendo que Dios está con ellos. No
desesperan ni protestan, sino cumplen. Así que cumplieron todas las cosas según
la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El Niño crecía y
se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre Él.
FELIZ AÑO 2018