miércoles, 30 de septiembre de 2020

Ser fiel a Jesús exige un compromiso incondicional y total. No se puede elegir el camino más cómodo o más corto sino el verdadero y único Camino, que precisamente lo señala Jesús con su estilo de Verdad y Vida hasta el extremo de darlo todo incondicionalmente.

Es verdad que hay momentos en los que todo va a favor de la corriente y, en esas circunstancias, seguir a Jesús se hace fácil, pero, también, sucede que hay otros momentos en los que aparece la oscuridad y la huella de Jesús no se ve con claridad y se pierde.

Lo verdaderamente importante es, tanto en unos momentos como en otros, no vaciarnos nunca del Señor. Porque, todo, en lo bueno y en lo, aparentemente, malo la mirada del Señor está presente. Y nada sucede sin que Él no lo permita. Y si lo permite será para nuestro bien aunque nosotros no lo comprendamos.

martes, 29 de septiembre de 2020

 

Si hay algo valioso en mi vida es el Amor de Dios. Primero, porque es un regalo gratuito y sin condiciones que verdaderamente no merezco. Segundo, porque es un regalo Infinito y de Vida Eterna, y, tercero, porque viniendo de Dios, es de garantía absoluta.

Darme cuenta del valor de este inmenso Amor que Dios me regala es la mayor dicha que el hombre y la mujer pueden tener. Pero, para ello necesitamos la Gracia de nuestro Padre Dios y descubrir que Él es nuestro Creador y Padre. Para eso debemos pararnos y reflexionar sobre nuestro origen, de dónde venimos y a dónde vamos.

De nada nos vale todo lo que podamos acumular y poseer en este mundo. Todo es pasajero y caduco. Todo empieza y termina, y nada nos satisface plenamente. Poder, riquezas y placer son todos efímeros. Siempre nos dejan insatisfechos y anhelantes de más. Solo la Vida Eterna en el Señor calma y sacia nuestra sed de felicidad.

lunes, 28 de septiembre de 2020

También nosotros sentimos compasión por esos pequeños que sufren y nada pueden hacer. Experimentamos un deseo de ayudarles y de aliviarles su carga. Experimentamos un deseo semejante al Señor y eso nos descubre nuestra semejanza con Él. Sí, es evidente que hemos sido creados a su imagen y semejanza.

Es lógico que un padre y una madre quieran a sus hijos por igual. Sin embargo, de haber uno más débil y desfavorecido, los padres se vuelcan con él de forma más intensa. De la misma forma, Dios, nuestro Padre, tiene predilección por los más pequeños e indefensos.

Ser pequeño te exige también se humilde. Sin la humildad se hace imposible hacerse pequeño. Pero, esa pequeñez no guarda relación con la pobreza y debilidad, sino con el deseo de abajarte y poner toda tu fortaleza y poder al servicio de los más pequeños e indefensos por verdadero y libre amor.

domingo, 27 de septiembre de 2020

 

Se miente con mucha facilidad, pero, lo preocupante es que no pasa nada y se empieza, ya hace bastante tiempo, a considerarse normal. En la parábola que hoy nos presenta el Evangelio se pone de relieve este problema. Un problema de siempre, de ayer, pero también muy actual hoy.

Es muy fácil descubrir que de cumplir todos sus palabras, el mundo andaría mejor. Simplemente, donde hay un sí, cumplirlo, pero, también, donde hay un no, de la misma forma cumplirlo, las cosas irían mejor. Porque, donde reina la verdad y la coherencia, la mentira desaparece.

Y, desaparecida la mentira, tendríamos un mundo mejor, pues la verdad es justa y gusta de lo bueno. Nadie se prestaría a aparentar lo que no es y todos conocerían lo que hacen. Y, ¿no es cierto que a nadie le gusta que lo tengan por malo? Por tanto, trataría, de ser coherente y hablar en verdad, hacer las cosas bien.

sábado, 26 de septiembre de 2020

 

En principio no parece un camino apetecible ese que te presenta Jesús. La amenaza de la cruz da miedo y asusta y, en consecuencia, nuestra primera reacción es huir y nada de compromiso. Sin embargo, es la única alternativa para encontrar esa felicidad que buscamos.

Y una alternativa que, siendo en principio amarga y sufrida, se va volviendo alegre y gozosa. La Cruz en la que entregó su Vida Jesús por nosotros, es nuestra verdadera y única salvación. En la medida que nos acercamos, su perfume de alegría, gozo y felicidad se hace más real.

Jesús ha vencido y ha resucitado. Por tanto, apoyémonos  en la esperanza de esa Cruz a la que Jesús, el Señor, nos ha invitado y unidos, añadiendo nuestro sufrimiento y dolor, sin miedo y con fe, porque, pronto todo pasará para que llegue el gozo y la alegría de alcanzar la Vida Eterna en plenitud que perseguimos. Amén.