martes, 31 de agosto de 2021

 

Es indudable que escuchar a Jesús enciende el corazón y llena de sentido nuestra vida dándole esperanza y llenándola de gozo y alegría. Una esperanza que salta a la vida eterna en gozo y plenitud. Su Palabra sorprende por la autoridad con la que habla.

A pesar de todo, muchos se cierran a dejarla entrar en sus corazones. En ellos reina el pecado de la envidia, del egoísmo, de la concupiscencia, del poder y la riqueza y se resisten a vaciarse de todas esas aparentes felicidades caducas temporales que hoy son y mañana no.

Pidamos la Gracia de saber escuchar esa Palabra que Jesús nos anuncia. Pidamos que nuestros corazones, abierto a su Gracia, entendamos que el Amor del Padre que Jesús nos propone es para nuestra verdadera y única salvación, la Vida Eterna en plenitud de gozo y paz. Amén.

lunes, 30 de agosto de 2021

 

La pregunta, que suscita esta presentación que hace Jesús en su propio pueblo, nos  interpela y nos cuestiona. ¿Aceptamos nosotros al Señor como el Mesías enviado por Dios, o también le rechazamos como otros muchos?

No se trata de discutir tal propuesta, ni de justificarnos, sino de simplemente creer y fiarse de su Palabra. Escucha y busca interiormente si tu corazón se abre a esa realidad que realmente coincide con lo que tú deseas. Es verdad que hay dificultades nacidas desde ti mismo. 

Experimentas egoísmo, deseos de satisfacciones y concupiscencias, pero, también, que eso al final te deja igual y experimentas que vuelves a lo mismo. Vuelves a estar como antes y experimentas cierta esclavitud que, más que te libera te esclaviza, valga la redundancia.

domingo, 29 de agosto de 2021

 

 

Hay momentos del camino que la carga se nos hace pesada y el cumplimiento anodino y rutinario. Incluso, llegamos a experimentar que cumplimos sin más y perdemos el sentido del verdadero amor. Y es que el cumplir, aún siendo bueno, no salva.

Solo el amor nos libera del peso y de la carga de nuestros meros cumplimientos. Indudablemente que el cumplir es bueno y necesario, pero, detrás del mero cumplimiento debe esconderse el amor. El amor que nos lleva a amar por y en el Señor.

No son nuestras tradiciones, rituales y celebraciones las que dan sentido y salvación a nuestras vidas. Siendo buenas y necesarias, quien verdaderamente nos salva es el Amor de nuestro Padre Dios que, en Xto. Jesús, su Hijo, nos ha dado por su Muerte y Resurrección la salvación eterna.

sábado, 28 de agosto de 2021

 

Cuando entablas conversación con alguien que no cree e incluso está en oposición y enfrentamiento con la Iglesia, una de las defensas que esgrimen es la hipocresía y la poca coherencia de los que nos llamamos cristianos. Y tenemos que darle la razón, aunque eso no tiene que ver nada con la fe ni con Jesús.

Porque, Él. Jesús, sí fue y es coherente con su Anuncio de la Buena Noticia. Y nos espera, y está siempre dispuesto a abrirnos sus brazos al perdón y la Misericordia Infinita. Nunca debemos esconder esos talentos recibidos gratuitamente para ponerlos al servicio de los demás de manera gratuita e incondicional.

Nunca para cruzarte de brazo. Se te han dado para que los descubras y los negocie utilizándolos para el bien de los más necesitados y pobres. Son ellos a los que están dirigidos de manera especial. Y eso te exigirá, claro está, riesgo y compromiso, y te exigirá – valga la redundancia – salir de ti mismo y de tus comodidades.

viernes, 27 de agosto de 2021

 

Dice el refrán que lo más importante, no es como se empieza, sino como se termina. Prepararse para el final de nuestra es, pues, lo más importante. Es el momento de la verdad y en la que nos jugamos nuestra eterna felicidad. De modo que, dependerá de nuestros actos encontrar la puerta del banquete abierta.

Hay muchas cosas importantes en el camino de nuestra vida, pero, nos interesa saber cuál es la de vital importancia y prepararnos para ese momento. Llenar nuestra vida de obras de amor, de comprensión, de humildad y de servicio a bien común y de los más necesitados será llevar muy bien nuestras alcuzas llenas de aceite.

Porque, esas obras de nuestra vida no podemos compartirlas, son exclusivamente tuyas. Las haces tú o no las haces. No puedes hacerlas tú por otro. Ni, tampoco, otros hacerlas por ti. El aceite – nuestras obras – no lo podemos compartir. Y, llegada la hora del Esposo, tus obras son las que son.

jueves, 26 de agosto de 2021

 

Necesitamos estar vigilantes y atentos a la hora de nuestro final. ¿Por qué? Porque, de antemano sabemos que llegará. Si algo hay seguro en esta vida es que tendremos un final. ¿No crees que debamos prepararnos para ese momento? Es el momento más importante y glorioso de nuestra vida.

Ahora, ¿cómo debe ser y de qué manera prepararnos? Porque, no sabemos la hora ni el momento. El ladrón no avisa y puede sorprendernos de muchas maneras. Por tanto, solo hay una manera de no ser sorprendidos, vivir en Gracia de Dios. Es decir abiertos a la acción del Espíritu Santo.

Esa es la manera de estar vigilantes y atentos para no ser sorprendidos. Vivir en el esfuerzo, a pesar de nuestras debilidades, del amor. De ese amor que Jesús nos ha mostrado con su Vida y sus Obras. Un amor que se da y entrega incondicionalmente y gratuitamente.