Cabría decir que el
cristiano del futuro o será un «místico», es decir, una persona que ha «experimentado» algo, o no será un cristiano.
Dame, Señor, la
fortaleza para elegir en cada momento de mi vida vivir en tu Palabra y Amor
Misericordioso. Soy consciente de mis debilidades, pero, asistido por tu
Espíritu, Señor, podré acercarme. Amén.
Porque la espiritualidad
del futuro no se apoyará ya en una convicción unánime, evidente y pública, ni
en un ambiente religioso generalizado, previos a la experiencia y a la decisión
personales. (Karl Rahner)