viernes, 5 de diciembre de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Vivir confiados en el Señor nos permite experimentar que Él puede sanar nuestras cegueras más profundas y mostrarnos el verdadero sentido de una vida entregada al seguimiento y al servicio.

Adviento, un tiempo de esperanza para cambiar mi vida y para alcanzar esa felicidad eterna que busco. Un tiempo donde se hace presente el Señor que dio su Vida por mí, manifestando su infinito Amor y Misericordia. En Él creo y, por eso, espero vigilante.

Cuando esa Luz nos alcanza, nace en nosotros el deseo de comunicar el consuelo y la alegría que llevamos dentro, para que otros puedan descubrirlo vivo en su interior y se acerquen también a Él.

jueves, 4 de diciembre de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Nuestro camino es un camino de espera: expectante y esperanzado. Jesús está con nosotros. ¿No lo ves? ¡Está a tu lado! El Adviento nos lo recuerda y nos ayuda a renovar este misterio.

Señor, quiero nacer cada día de nuevo a tu amor; quiero celebrar cada instante de mi vida el adviento, preparándome para que te alojes en mi corazón y me llenes de tu Amor y Misericordia. Amén.

Conviene no distraerse. Celebremos que el Señor nace cada día en nuestro corazón. La Navidad nos lo recuerda. Preparémonos para edificar nuestra casa apoyados en Él.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Solo cuando ponemos en manos del Señor lo que somos y tenemos, Él puede sanar y alimentar a la humanidad. La mejor manera de amarle es abrirnos a colaborar en esa tarea de compartir por amor.

Señor, mi vida se ha convertido en una vigilia de tu venida. Sé que está en su recta final, y toda mi preocupación es ir lo mejor preparado a tu encuentro, Dios mío. Por eso, aprovecho todo momento para pedirte fortaleza y estar despierto y vigilante.

También nosotros, en momentos de depresión o flaqueza, acudimos al Señor buscando consuelo y alivio. Unidos a tanta gente necesitada, nos presentamos ante Él con humildad, abiertos a recibir su cariño y su palabra.

martes, 2 de diciembre de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Mt 15, 29-37

Si no conformamos nuestra vida, como hicieron los discípulos de Jesús, con sencillez y humildad, no seremos capaces de ver la acción viva de Dios en lo cotidiano.

Señor, hoy he pasado un día en el que me he dado cuenta de mi esclavitud. Dame las fuerzas necesarias para poder vencerme y ser algo más libre para, por tu Gracia, estar más atentos a los demás. Gracias.

Solo quien se entrega por completo puede ver, como ellos lo hicieron. Entonces, la mirada limpia e ingenua de los pequeños descubre los signos de la liberación de Dios entre nosotros.

lunes, 1 de diciembre de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

El Señor no hace acepción de personas; mira solo la intención que guardamos en el corazón. Como el centurión, necesitamos sentirnos pequeños, humildes y agradecidos por su infinito Amor Misericordioso.

Señor, dame la inquietud de estar siempre vigilante en tu Palabra para vivir en tu Voluntad con un amor misericordioso como Tú, mi Señor, lo haces conmigo. Amén.

Darnos cuenta de que realmente estamos salvados —no por nuestros méritos, sino por la Misericordia de nuestro Padre Dios— debe llenarnos de gozo y esperanza, iluminando cada paso que demos en este día.

domingo, 30 de noviembre de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Se trata de renunciar a los egoísmos, la soberbia, los deseos excesivos, los resentimientos y odios, la sed de poder y la codicia; y, por el contrario, revestirnos del atuendo de Cristo.

Todo es cuestión de un tiempo. Solo Tú, mi Señor, te sostienes eternamente. Tu Amor no pasa nunca y en Él quiero apoyarme y mantenerme porque solo Él me hace también a mí eterno e inmensamente feliz.

Ir vestidos a su manera: con humildad, cariño, generosidad y amor. Para que también de nosotros, como de Jesús, pueda decirse: “Miró, y pasó haciendo el bien”, hasta confundirnos con Él.

sábado, 29 de noviembre de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

La llegada del Reino pide a los seguidores de Jesús vivir con el corazón despierto, atentos y preparados para su irrupción. Esto supone dejar a un lado las distracciones y los placeres vacíos que adormecen el alma.

Señor, fortalece mi voluntad para amar y darme gratuitamente en servicio a los demás. Es el reto de cada día y donde suelo fallar siempre. Siembra, Señor, la paciencia y mansedumbre en mi corazón para amar como Tú amas.

Se trata de mantenernos vigilantes ante el Dios que trabaja por la liberación del mundo y que ya está presente entre nosotros. Los signos del Reino suelen aparecer en lo pequeño y lo frágil, transformando la realidad desde dentro, hasta que un día resplandezca plenamente la verdad de lo que es.