Todos sabemos que los padres se cuidan, o al menos deben hacerlo, de conocer con quien andan sus hijos, porque los amigos son cosa muy importante. No se trata de clasismo ni de racismo, se trata de cuidar que los malos amigos puedan orientarte mal y conducirte hacia las tinieblas. Porque el mal ambiente te intoxica de malos hábitos.

Por eso, hay que tener cuidado con los falsos profetas que vestidos aparentemente de ovejas son por dentro lobos con malas intenciones. Hay gente con segundas intenciones y se hacen pasar por buenas personas para conseguir sus propósitos e intereses. Y no les importa hacer daño ni lo que puedan perjudicar a otros.

Conviene fijarse y ver los frutos que se desprenden del cultivo de cada árbol, porque un árbol bueno dará frutos buenos, pero uno malo dará frutos malos. Y nosotros debemos arrimarnos a los árboles buenos para que también nuestros frutos sean buenos. Estar atento a las buenas obras y ver de dónde salen nos ayudará a distinguir lo bueno de lo malo y a descartarlos.