PENSAMIENTOS EN EL CALOR DE LA NOCHE

Este es el camino, el mundo. Un camino que nos ayuda y nos sirve para, creyendo en el Señor y siguiéndole con perseverancia, vencerlo para llegar al otro donde nos espera Jesús. Porque, unidos a Él también nosotros venceremos al mundo.

Cada paso de mi vida, Señor, llénalo de luz, paz y sabiduría para que refleje tu infinito Amor y Misericordia. Y para que todo aquel que esté a mi lado reciba la llama de amor que encienda y avive su corazón y se encuentre contigo. Amén.

El mundo es la gran oportunidad de demostrar nuestra fe y voluntad de seguir al Señor. Es un camino duro y difícil y superior a nuestras fuerzas pero seguros de vencerlo porque no estamos solos. Contamos con el Espíritu Santo que nos asiste y nos fortalece para poder vencer. Y saber y confiar en esa promesa del Señor nos da confianza, seguridad y fortalece para soportar todas las inclemencias que el mundo nos presentará.

¿No te das cuenta de que el demonio te está atacando? Y eso es porque ve que caminas unido al Señor, que cada día eres más amigo de Él. Trata de confundirte, de cansarte y distraerte en tus oraciones. Mantente firme. El Señor te escucha y te responderá.

Hoy el Papa continúa hablando de la importancia de ser testigos de la Palabra. Nos pone el testimonio de san Andrés, primer mártir de Corea. Y nos habla también de perseverar en la fe a pesar de esos momentos difíciles donde todo parece hundirse a nuestros pies. El Señor camina con nosotros, nos sostiene y nos levanta para que sigamos en el camino. 

Hoy el Papa Francisco continúa presentándonos testigos del celo apostólico. Nos habla de san Andrés Kim Tae-gon, primer sacerdote mártir de Corea. La lección que entresacamos de esta audiencia puede alentarnos a también nosotros continuar el camino de seguimiento al Señor Jesús. No olvidemos nunca que Jesús camina con nosotros y nos sostiene en esos momentos que todo parece derrumbarse a nuestro alrededor. Incluso en nuestra hora final.