Jesús, como también
muchos de sus profetas, fue amenazado y sentenciados a muerte. El motivo no era
otro que no les gustaba que anduvieran proclamando la verdad. Ellos querían
ocultarla, o proclamar las suyas, que les permitían vivir según sus intereses.
Seguir a Jesús
descubre un camino complicado. No porque sea duro y cueste luchar contra sí
mismo, sino porque muchos lo rechazan y oponen resistencia para que no se
proclame ni se hable de Él. El que cree y sigue a Jesús es amenazado y
perseguido e incluso con peligro de muerte.
No será fácil seguir a Jesús, pero a pesar de las dificultades y
la cruz que la vida de los incrédulos te impone, el gozo y la esperanza de
vencer te anima a seguir adelante. Porque con Jesús te sabes triunfador y
salvado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.