La Resurrección es el fundamento de nuestra fe. Sin Resurrección no hay Pasión, ni tampoco esperanza. Como aquellos discípulos de Emaús nos volvemos a casa a empezar de nuevo la rutina diaria. Por lo tanto, esté sábado nuestra mirada se dirige al sepulcro. Estamos pendiente de lo que pueda suceder.

Porque, toda nuestra esperanza se apoya en la Resurrección. Si Jesús, el Señor, no ha Resucitado somos los tíos más tontos de planeta, pero si es lo contrario, y los testimonios así lo corroboran, somos los tíos más dichosos y bienaventurados del universo. Porque, también nosotros resucitaremos con el Señor.

Así que, estaremos en silencio y aguardando la buena Noticia de la Resurrección. La buena Noticia del triunfo de la Vida sobre la muerte. Es hermoso y esperanzador vivir en esa esperanza y celebrarlo con renovadas ilusiones y alegrías. Estamos llamados a la Vida Eterna y eso está ya grabado en nuestro corazón. Porque, todo hombre desea ser feliz y vivir eternamente.