Hay lugares privilegiados que han recibido directamente el anuncio de la Buena Noticia de Salvación, sin embargo la han rechazado. No se entiende que tú que has escuchado el anuncio de Salvación rechaces tu propia salvación. La cuestión es que eres libre y puedes creer lo que escuchas o no puedes negarte.

Puesto que necesitas la fe, el anuncio de la Buena Noticia no se te impone, sino que se te anuncia y se te propone, y serás tú quien decidirás de seguirlo o dejarlo y rechazarlo. Puesto, de imponerlo no habría ningún problema y tu libertad sería anulada igual que los seres vivientes irracionales.

Ahora, tienes la capacidad de razonar y de comprender que es lo que te interesa y lo que es bueno para ti. Sin lugar a duda, en lo más profundo de tu corazón está escrito a fuego el deseo de felicidad y eternidad, y es esa propuesta la que Jesús, de parte de su Padre, que te conoce mejor que tú, te propone. Ahora, tendrás que ser tú quien escoja el camino a seguir: Vida o muerte.