No podemos obviar que cada uno ha recibido unos dones y talentos. Muchos los descubrimos algo tarde en nuestra vida, pero, descubiertos, debemos  ponerlos a rendir en la tarea evangelizadora. No se trata de hacer proselitismo ni de llenar las iglesias, se trata de anunciar la Buena Noticia.

Y la Buena Noticia es que estamos salvados. ¿Qué significa eso? Significa que la muerte ha sido vencida y que vivimos para siempre. Ahora, lo verdaderamente importante es que siguiendo a Jesús y viviendo en su Palabra, nuestra vida eterna será gozosa y plena de felicidad. Eso es lo que todos buscamos y queremos.

Por tanto, anunciar esa Buena Noticia es un deber porque, no queremos que mucha gente se lo pierda por desconocerla y por ignorancia. Por eso, pidamos al Padre que envíe obreros a su mies para que la Buena Noticia de Salvación llegue a todos los rincones del mundo.