viernes, 10 de septiembre de 2021

 

La realidad es que vamos por la vida con los ojos muy cerrados. Tan cerrados que no vemos y tropezamos una y otra vez. Erre que erre. Pero, lo peor es que no nos decidimos a cambiar y, sobre todo, a perdonarnos y a perdonar.

Y en esa actitud nos vamos directos al precipicio sin remedio. El cambio sería abrir los ojos para ver el camino y detener nuestros atrevidos juicios actuando, por el contrario, con misericordia. ¿Cómo, entonces, podemos rezar el Padrenuestro?

Tratemos de buscar el Guía que nos da Luz. Luz verdadera y de la que realmente alumbra el camino. Luz que nos abre los ojos y nos señala el único Camino, Verdad y Vida por donde debemos caminar – valga la redundancia – no juzgando – será Dios el único juez – y sí perdonando como somos perdonados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.