No es nada fácil caminar por la vida con el propósito de devolver bien por mal. Se trata de dar sin esperar recibir. Se trata de perdonar las ofensas recibidas. Se trata de amar, pero, amar al que busca tu mal y te ofende intencionadamente. ¿Es posible andar por ese camino, nos preguntamos?
Quien lo dice lo hizo y lo hace cada día cuando te perdona tus ofensas, tus desplantes, tus rebeliones, tus mentiras y tus pecados. Si buscas su perdón y misericordia, ¿no tendrás tú que hacer lo mismo en su justa correspondencia? Mirándolo así parece algo más suave y posible.
Y realmente lo es. Es posible porque para quien lo dijo – el Señor – es posible. Nos ha prometido que está con nosotros en cada paso e instante de nuestra vida. Y que nos dará su Gracia para que podemos salir victoriosos y vencer. Además, desde el día de nuestro bautismo, el Espíritu Santo camino a nuestro lado. La victoria es posible si nos abrimos a su Gracia.
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