No
cabe ninguna duda que tu luz y tu sal pasan por tu ser y obrar. De nada valen
tus palabras y tus ejemplos si no van acompañados de tus buenas intenciones y,
asistidas por el Espíritu Santo, tratas de que estén en sintonía y de acuerdo
con su Voluntad.
Es inimaginable y se escapa a nuestra imaginación la
responsabilidad y la grandiosidad de María con su Hijo Jesús. Ser la Madre del
Redentor, del Mesía prometido y, elegida por el Padre para ese papel de Madre,
es algo superior que se escapa a nuestra comprensión.
No hay gozo ni misión más grande que, con tu vida y, asistido en el Espíritu Santo, anunciar que Dios nos Ama y perdona todos nuestros pecados y nos regala el gozo y la felicidad eterna.
Puedes pensar lo que quieras y, hasta engañarte. Cuando buscas tus intereses eres capaz hasta de matar. Pero, la vida, quieras o no, es un derecho indiscutible. La ciencia lo demuestra y lo certifica.
También, a través de Telegram, anunciamos la Buena Noticia de salvación e informamos de los acontecimientos, dificultades y la lucha diaria que, en nombre del Señor, vivimos cada día.
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