Creer
e intentar que la vida me pertenece, que tengo derecho a administrarla según
mis apetencias, mis egoísmos y caprichos, significa cerrar la puerta a la
acción del Espíritu Santo. Es decir, rechazarlo y vivir de acuerdo con mis
ideas.
Cierra,
Espíritu Santo, mis oídos a toda murmuración y guarda mi lengua de toda
maledicencia, que solo permanezcan en mí los pensamientos buenos, que bendigan
y sean para el bien de todos, especialmente los más necesitados.
Estar
formado no solo es importante sino necesario. Pero, la formación entra por la
lectura y por aprender a leer de forma comprensiva que te dé la justa medida y
conocimiento de lo que lees. Por tanto, la gramática del lenguaje es de vital
importancia.
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