Seguir a Jesús supone no detenerte ante el temor de perder la vida. Seguir a Jesús exige proclamar la verdad y la justicia a pesar de que exista la amenaza de martirio y sufrimiento por aquellos que nos quieren tapar la boca. Hoy, muchos cristianos sufren por su fe.
Es indudable que
tú, como también yo, queremos ser felices. Y, por todos los caminos y
posibilidades buscamos esa felicidad. Pero, permíteme hacerme una pregunta,
quizás también te interese a ti. ¿Busco en el lugar y en el camino adecuado?
Está sucediendo en otras partes del planeta. Sobre todo en el tercer mundo. Sabemos de muchos misioneros y organizaciones de voluntarios que han sufrido martirio y muerte. Y de muchos que están amenazados. Pero, como Jesús, la fe no se detiene, sigue el camino y proclama que Jesús es el Hijo de Dios que ha venido a este mundo para liberarnos de la esclavitud del pecado.
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