Anunciar y tomar decisiones exige oración. Oración – que es hablar con quien nos alumbra y nos ilumina – para que nuestro discernimiento sea bueno, verdad y justo. Nuestro Padre Dios nos escucha y nos da lo que realmente nos conviene y es bueno
¡Señor!, me doy cuenta de mi terquedad, de mis errores y mis pecado. No soy consciente de todo lo que me amas y lo que has hecho por mí. Has dado tu Vida por la mía, ¡y todavía no reacciono! ¡Es más hago oídos sordos a tu llamada y a tus lágrimas por mí!
Es evidente que tomar decisiones exige primero discernir. Discernir que opción tomar y que camino elegir. Y solo abierto a la escucha del Espíritu Santo, que nos acompaña, nos fortalece e ilumina podemos encontrar el rumbo y el camino para que nuestras decisiones sean las buenas y correctas.
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