Posiblemente, si
no te respetas a ti mismo, que eres Templo del Espíritu Santo, tampoco
respetarás al Templo lugar donde está presente el Señor, bajo las especie de
pan y vino, de forma Sacramental. Ambos son lugares donde nos encontramos con
el Señor.
Quiero, Señor,
conocerte y darme cuenta de lo que significas para mí. No llego a entenderte ni
a darme cuenta de todo lo que soy y he recibido. Ni a entender que mi vida está
en tus manos. Dame, Señor, sabiduría y fortaleza para conocerte y acercarme a
Ti.
Tener presente en cada momento del lugar donde nos encontramos cuando visitamos el Templo donde, bajo las especies de pan y vino, mora Sacramentalmente el Señor, es el esfuerzo que debemos tener siempre presente. Es su casa donde le vistamos y nos encontramos con Él. Es lógico que nuestra actitud debe ser respetuosa y atenta.
Recuerda que el Señor te ha regalado tu vida y te ha dejado que tú la dirijas como quieras. Él no se va a meter en nada, ni tampoco te solucionará nada. Tú eres el responsable de lo que te suceda y de lo que acontezca en tu vida.
Pero, eso sí, te ha prometido la vida eterna y en plenitud de gozo y felicidad. Al final es lo que importa. Por eso, te pide que creas y tengas confianza en Él y vivas según su Palabra. Para eso ha venido, para darte ejemplo y enseñarte el Camino, la Verdad y la Vida.
¡Ten confianza, cree en Él y alcanzarás eso que buscas, la felicidad eterna!
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