No es una semana
cualquiera. Es la semana más importante del año porque en ella celebramos el
Amor de nuestro Padre Dios, su Misericordia Infinita que por los méritos de la
Pasión, Muerte y Resurrección de su Hijo, nuestro Señor, nos ha sido regalad.
Sé, Señor, que
solo a tu lado podré encontrar la fortaleza y valentía de permanecer en tu
Voluntad y superar todos los obstáculos que se me presentan en mi camino.
Quiero seguirte y permanecer a tu lado, Señor
Jesús, nuestro
Señor, nos entrega su Vida. Y nos la entrega para que nosotros salvemos la
nuestra. Y la salvamos siguiendo el Camino, la Verdad y la Vida que Él nos ha
enseñado, señalado con su Vida y Obras. Haremos su Voluntad en la medida que
nos pongamos al servicio del más necesitado. Y no nos preocupemos, están a
nuestro lado.
Es bueno pensar y reflexionar sobre nuestras actitudes e intenciones. Cuando nos miramos interiormente y revisamos los actos diarios de nuestra vida observamos, si lo hacemos con verdadera y buena intención, que tenemos fallos, malas actitudes y no somos tan buenos como nos gustaría. Por eso, pedimos perdón y vamos al Sacramento del Perdón a buscar las fuerzas que necesitamos para ir mejorando y perfeccionándonos.
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