Nadie te ha
ofrecido tanto. ¿No te das cuenta? Te ha dado la vida y todo lo que has
conseguido en ella y te ofrece la felicidad, aunque haya momentos duros y de
penas, eterna en plenitud de gozo y felicidad. ¿No lo has advertido?,¿A qué
esperas?
Sin ti, mi Señor,
mi vida se debilita, se desorienta y queda en manos del mundo, demonio y carne.
Dame la fortaleza y la sabiduría de vencerme y poner mi voluntad para vivir
según tu Palabra. En ti, mi Señor, confío.
Esa es la cuestión: Crees o no crees. No trates de buscar razones que te demuestren que Jesús no es el Hijo de Dios porque no las encontrarás. Quizás no entenderás, y eso solo demuestra tu pequeñez y pobreza. Su grandeza y Divinidad están por encima de nuestra capacidad. Sin embargo si hay muchas razones para poner nuestras esperanza en Él. La fe es un don que nos será dado en la medida que Dios, nuestro Padre quiera, y nosotros la pidamos.
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