Tener eso
incrustado fuertemente en nuestro corazón nos ayuda a vivir injertados en Xto.
Jesús. Sabemos de nuestras debilidades y pecados, los reconocemos, pero también
sabemos que la Misericordia de nuestro Padre Dios es Infinita. Con esa
confianza caminamos hacia Él.
La vida es esa
hermosa oportunidad que Dios te ha regalado para, aceptándola y queriéndola,
encuentres el gozo y la felicidad plena y eterna que realmente buscas en la
morada que nuestro Señor Jesús te ha prometido y – Jn 14, 2 – ha ido a
prepararte. Amén.
No vamos caminando sin rumbo. Es posible que tú mismo te has puesto objetivos a alcanzar. Quizás, objetivos de poder, riquezas, comodidades, bienestar, salud…etc. Y todo eso está bien, pero sin olvidar a los que sufren, a los pobres y excluidos que lo pasan mal. De no ser así, todos tus objetivos quedarán sin valor, terminarás a la izquierda de Cristo Rey, lee el Evangelio de hoy domingo – Mateo 25, 31-46 – y verás que eso será fatal para tu vida, que será eterna.
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