Nos ha sido dado
gratuitamente un Tesoro Eterno que, de no seguir las bienaventuranzas que Jesús
nos propone perderemos la gran oportunidad de ser bienaventurado eternamente.
Y, la paradoja, es que lo somos, pero al parecer no nos damos cuenta.
Sin Ti, Señor, mi
mundo se tambalea, pierde el norte y todo su valor. Ya no solo necesito la fe y
creer en tu Palabra, sino que mi vida sin ella está vacía y sin contenido. Y es
que mi corazón, Señor, te busca para saciar mi vida de felicidad y gozo.
La gran
contradicción del hombre es que busca ser feliz cuando realmente lo tiene en su
mano. Ha sido creado para eso, pero equivoca el camino. Busca la felicidad en
el poder, el dinero, el placer, la fama, en la satisfacción de todos sus
caprichos y egoísmos y no advierte que todo eso es caduco.
Cuando le llegue
su hora entenderá que ha perdido el tiempo y que ahí, en todas esas cosas no
estaba lo que buscaba. Pero, se le ha escapado la oportunidad de ser
eternamente feliz.
¿Has pensado que
vives y se te ha dado la vida eterna? La muerte no es sino el viaje para la
vida eterna. Tras ella ya no hay más muerte, solo eternidad. Ahora, mientras
caminas por este mundo tienes la oportunidad de que esa vida sea eternamente
gozosa y feliz o todo lo contrario. Dependerá de ti ser bienaventurado/a, o
desdichado eternamente.
Jesús, nuestro
Señor, próximo ahora a celebrar su nacimiento, ha venido para eso, para
anunciarnos el Camino, la Verdad y la Vida a la que estamos llamados. No
pierdas tu oportunidad.
Cada noche un nuevo paso, una nueva oportunidad de saberte más cerca de encontrarte con Dios. Aprovecha esa oportunidad y habla con Él. Su Amor y Misericordia nos acogen y nos salvan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.