Nos cuesta darnos,
y más hacerlo gratuitamente y sin recompensa. Sin embargo, todo lo que somos lo
hemos recibido gratuitamente de manos de nuestro Padre Dios. Ese es nuestro
reto, darnos en servicio por amor gratuito tal y como lo hemos recibido de
nuestro Padre Dios.
Dame, Espíritu
Santo, tus siete dones para que sostengan mi vida y pueda derramar también en
la vida de mis hermanos la fortaleza y esperanza de vivir guiados por Ti. Amén.
Nuestra razón exige recompensa y no entiende de darnos gratuitamente y sin nada a cambio. Se hace necesario reflexionar y descubrir de donde venimos y de quien hemos recibido todo lo que somos y tenemos. Porque, quieras o no, entiendas o no, también iremos al mismo lugar de donde hemos venido. Entonces lo que hoy no comprendemos allí lo veremos claro y las consecuencias nos pasará factura. Mejor meditarlo ahora y fiarnos de la Palabra de nuestro Padre Dios.
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