Es evidente que la
vida nos traerá dolor y decepciones; fracasos y éxitos; sufrimientos y
enfermedades. Es evidente que nadie está fuera de estos acontecimientos y peligros.
Pero, detrás de todo esto está siempre el Señor.
Eres hechura de
sus Manos, de su Pensamiento, de su Corazón, y te ha creado para que seas feliz
eternamente junto a Él. Y, por causa del pecado, te ha dejado el recorrido por
este mundo como prueba de su Amor Misericordioso y para que tú, siempre contando
con su asistencia, puedas liberarte, por su Gracia, de la esclavitud del
pecado.
Él es nuestro hacedor y bienhechor. Es Padre amoroso y misericordioso y siempre está a nuestro lado con los brazos abiertos para darnos su consuelo, su perdón, su descanso y, sobre todo, Vida Eterna en plenitud. Él es nuestra esperanza, nuestro descanso, nuestro gozo y plena felicidad. En Él encontraremos siempre respuestas a nuestros problemas y descanso para nuestra vida. Creamos en su Palabra. Es nuestro Padre, dueño y Señor de la vida y la muerte.
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