No te preocupes,
escucha, sigue, persevera y toma conciencia de que el Señor está presente en tu
vida. Tu testimonio, tu constancia, tu insistencia, tu perseverancia, tu
obediencia, tu esfuerzo en vivir en su Voluntad dará sus frutos, y por
supuesto, por la Gracia de Dios, habrá pesca.
Ese es el gran
misterio, Señor. Tú, que eres Señor de la vida y la muerte. Tú, que tienes
poder para hacer y deshacer. Tú que has creado todo lo visible e invisible,
¿das la vida por mí? ¿Perdonas mis pecados y soportas todos mis rechazos e
indiferencias? Señor, gracias por tu Infinita Misericordia.
Porque, todo es Gracia del Señor, y nada es por tu esfuerzo ni por el mío. Nosotros simples peones en manos del Señor. Él hará que, a su lado y a su escucha, nuestras vidas sean fructíferas y pescadores de hombres según su Voluntad, no la nuestra.
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