¿Cómo te ves?
¿Eres capas de detectar o descubrir alguna luz dentro de ti que pueda alumbrar
la verdad, e incluso dar luz a otro? Y si así lo descubres, ¿adviertes que debes
encenderla para que otros vean también el camino por donde moverse y caminar
con seguridad y hacia la verdad?
Espíritu Santo,
toma mi vida, dirígela y oriéntala hacia la Casa del Padre. Aduéñate de mi
corazón, ¡tienes mi permiso!, pongo mi libertad, regalo Tuyo, en tus manos y
toda mi confianza en tus decisiones e impulsos. ¡Sopla, Espíritu de Amor en mi
vida! Amén.
¿Te das cuenta de
que esta vida, por muy feliz que logres vivirla, es corta, caduca y nunca te
dará la plena felicidad? ¿Y qué tú deseas ser eterno y feliz siempre? Y no has
experimentados que ese deseo vive dentro de ti y que puede ser realizable? ¿No
has escuchado a nadie que hable de eso, y de que su Palabra tiene autoridad, se
cumple y es eterna? Quizás debes arrimarte a alguien cuya luz te pueda orientar
y señalarte el Camino, la Verdad y la Vida.
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