Esta es la única
conclusión a la que una seria, auténtica y madura reflexión puede llegar: ¡Verdaderamente
Jesús ha Resucitado! No hay otra deducción, al margen de las apariciones que
durante los cincuenta días de Pentecostés quedó confirmado
Esta es nuestra
esperanza: La Resurrección. ¡Jesús ha Resucitado! Y no podemos olvidarnos nunca
de eso. Sobre todo en los momentos de penuria, de enfermedad y de cercanía a la
muerte. Ella ya no tiene la última palabra, porque Jesús ha Resucitado.
Podemos, invitados y seducidos por nuestras aspiraciones humanas, salirnos por la tangente y eludir demagógicamente la resurrección. Podemos optar por satisfacernos materialmente con las ofertas de los paraísos de este mundo, pero, quieras o no, nunca podrás demostrar que Jesús está muerto porque realmente Vive. ¡Ha Resucitado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.