Eso es lo
verdaderamente importante, entrar en el lado de los escogidos, de los buenos. Y
para eso tenemos esta vida. Es la gran oportunidad de vivir en la atenta
escucha de la Palabra de Dios y actuar según nos instruye y señala. Se trata de
aprovechar el tiempo.
Soy semejante a
ese Tesoro escondido en mi corazón. He sido creado a imagen y semejanza de
Dios. Un corazón que Él ha creado semejante al suyo y lo ha sembrado dentro de
mí. Me toca a mí descubrir ese Tesoro que es Dios y que vive dentro de mí.
Amén.
No estamos en este mundo para perder nuestra vida cuando nos llegue la hora. Será el momento de ganarla para toda la eternidad. Nuestro principal valedor será el amor que hayamos sido capaces de dar y la Infinita Misericordia de nuestro Padre Dios. Vivir en esa inquietud y preocupación de entrar en esa red de peces buenos será nuestro y verdadero gran triunfo. Todo lo demás vanidad de vanidades.
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