No
se trata de saber más, sino de recordar que en esta vida caminamos juntos. Cada
uno con sus talentos, pero todos necesitados de ayuda.
He
perdido mucho tiempo siendo yo mi propio guía. Pero, nunca es tarde, y ha
valido la pena vivir esa experiencia, porque, ahora, Señor, me doy cuenta de
que Tú eres el verdadero guía de mi vida. Sin Ti voy a la deriva.
Aceptar que somos imperfectos, con errores y fragilidades, nos hace más humanos. Esa verdad nos hermana y nos fortalece para seguir adelante en el camino de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.