domingo, 1 de junio de 2014

SOBRE NUESTRA FE



Cuando queremos una cosa la perseguimos y nos esforzamos en alcanzarla. Nos sorprendemos a nosotros mismos haciendo esfuerzos que nunca pensábamos hacer y nos descubrimos como muy comprometidos e interesados en lograr ese objetivo trazado. Ejemplo de ello lo podemos apreciar y descubrir en aquellos discípulos de Jesús que dieron su vida por seguirle y cumplir sus instrucciones y mandatos.

También sabemos que pasaron muchas dificultades y que les costó bastante entender mucho de lo que Jesús les enseñó y compartió con ellos. Aguantaron y esperaron a que llegase el Espíritu prometido. Él les fortaleció y les infundió esa sabiduría y valentía que necesitaban para proclamar y testimoniar la fe recibida.

Nosotros también podemos, porque tenemos la promesa de Jesús. Hoy celebramos su ascensión a los Cielos y la promesa del envío del Espíritu Santo. La pregunta es: ¿le esperamos como hicieron los apóstoles?

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