Cuando miramos para la Ley que nos señala el camino de la
Vida Eterna, nos encontramos que lo primero es amar a Dios y al prójimo. Pero,
¿cómo amar a Dios que no le vemos? Es en el prójimo, que está a nuestro lado,
donde podemos descubrir y testimoniar el amor a nuestro Padre Dios.
Por lo tanto, en cada prójimo encontramos la oportunidad de
darle un abrazo al Señor cuando les tratamos con una actitud de servicio y de verdadero
amor. No cabe duda que experimentamos que las relaciones sociales tendrían otra
forma de entenderse y la convivencia entre los pueblos sería de forma justa y
en paz.
Y descubrimos que de esa forma el mundo sería otro mundo. Porque la paz y las buenas intenciones reinarían en todas partes allanando los problemas y repartiendo justicia y equilibrio por todo el planeta. De forma que quienes menos agraciados serían recibirían lo necesario para no pasar necesidades y carencias.
Y descubrimos que de esa forma el mundo sería otro mundo. Porque la paz y las buenas intenciones reinarían en todas partes allanando los problemas y repartiendo justicia y equilibrio por todo el planeta. De forma que quienes menos agraciados serían recibirían lo necesario para no pasar necesidades y carencias.
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