El hombre es un ser en relación creado para amar. Y es el
amor lo que tiende a unir tan fuertemente que, prescindiendo de vínculos de
sangre, la unidad se afirma en el espíritu del amor. Así nos ama Dios, y así
nos ha creado, por Amor, para que vivamos eternamente por y para amar
misericordiosamente como Él.
Somos sus hijos en y por el Espíritu, que nos crea y nos da
la herencia de su Gloria, y nos hace coherederos, en y con su Hijo, nuestro
Señor, de su Gloria. No por nuestros méritos, sino por los de Xto. Jesús., que
con su Muerte y Resurrección ha pagado el rescate de nuestros pecados para
darnos la salvación.
Desde ahí observamos
que, María, la Madre, no sólo le une a Jesús, el Hijo de Dios, una relación
materno – filial bajo la naturaleza humana, sino que, también, en el Espíritu
de Dios es la primera criatura que se abre a su Gracia y a su Voluntad quedando
revestida Inmaculadamente como Madre de Dios y, también por regalo de su Hijo,
Madre nuestra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.