sábado, 2 de julio de 2016



Muchas personas llegan a confesar que harían cualquier cosa por conseguir la meta de sus aspiraciones. Incluso algunos confiesan estar dispuestos hasta matar. El verdadero valor del sacrificio está escondido en el amor. En el verdadero amor. Sólo cuando se hace por amor tiene sentido.

No vale decir que me sacrifico por ti o por esta causa como si se tratara una condición para tenerte o para conseguir la causa. Porque, puede ocurrir que tú no estás o la causa desaparece y tendrás que seguir amando. Y el amor engendra sacrificio. 

Por eso, el amor nunca termina, porque siempre estará en vela y dispuesto a sacrificarse por el bien del otro. Por eso, el amor exigirá siempre misericordia, y si deja de ser misericordioso habrá dejado de amar. Así nos ama Dios, siempre, a pesar de nuestros rechazos, Él nos estará amando, porque su Misericordia es Infinita.

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