Si alguien cree en alguien, el sentido común es que viva
según las indicaciones de ese alguien. Si alguien se fía y tiene confianza en
alguien, el sentido común es que le dejará la responsabilidad de dirigir lo que
le ha encomendado. ¿Cómo es posible entonces decir que creo en Dios y luego
vivir según mis propios valores e intereses?
No parecen coherentes las confesiones de muchos de nosotros,
y, sin embargo, pedimos coherencia a otros en el ámbito político, de justicia,
empresarial, sanitario…etc. ¿Acaso no nos corresponde a nosotros también hacer
lo mismo respecto a nuestra fe? ¿Creemos o realmente no creemos? ¿Fríos o
calientes?
¿Nuestra vida se
esfuerza en responder a ese compromiso bautismal que hemos contraído en nuestro
Bautismo? Esa es la pregunta que debemos hacernos y también esforzarnos en
darle respuesta. Otra cosa que nos confesemos pecadores, débiles y frágiles. El
Señor sabe de qué pasta estamos hechos, y no nos pide sino que le reconozcamos
como Salvador nuestro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.