En esta ocasión, Jesús,
vuelve a dejar claro que su Madre no es importante porque le ha dado su seno y
amamantado con sus pechos, sino porque se ha sometido voluntariamente al Plan
de Dios y se ha dado íntegramente a ser la Madre del Hijo, del Predilecto y
enviado a salvar a todos los hombres.
Si ya en una ocasión dijo lo
mismo cuando le avisaron que su Madre y hermanos estaban fuera buscándole, hoy
lo repite y lo deja meridianamente claro. No se es importante porque lo que se
hace, ni por la cantidad cosas que se hace, sino por hacer la Voluntad de Dios.
Y eso simple, sencillo y humilde. La Virgen no parece
haber hecho mucho, pero hizo lo importante, abrirse a la Voluntad de Dios y a su
amor. Y toda su vida cumplió eso, amar y amar. Amar hasta estar con su Hijo al
pie de la Cruz, donde en ese momento se consumó la Voluntad del Padre. La
Redención nos salva a todos los hombres.
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