Seguir a Jesús no es fácil. El mismo Jesús nos lo descubre y
nos lo advierte. Habla de puerta estrecha; habla de renuncias y de no tener
donde reclinar la cabeza; habla de dejarlo todo y de muchas cosas más. A nadie
se le esconde que seguir a Jesús es ir contra corriente.
Pero, cuando Jesús dice eso es porque Él lo experimenta en
su propia vida de Hombre. Es advertido muchas veces del peligro que corre. En el
pasaje evangélico de hoy le advierten que Herodes lo busca para matarlo. Su
vida corre peligro porque está amenazada.
A pesar de todo, Él
sigue adelante. Sabe de su misión y su compromiso es tal que está dispuesto a
entregar su Vida para cumplir con la Voluntad del Padre. Sus pasos son firmes y
decididos. Su meta es Jerusalén, porque es allí donde entregará su Vida para
salvar a los hombres.
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