martes, 1 de diciembre de 2020

 

Descubrir que Jesús es el Hijo de Dios es una gran alegría, porque, ese encuentro alegra tu vida y la llena de esperanza ante los peligros y retos que tarde o temprano tendrán que llegar. Y esa alegría te ilumina y te hace humilde.

Humilde porque sabes que no te mereces ese inmenso y hermoso regalo que tu Padre Dios te regala. Por eso, encontrarse con el Señor solo le es permitido a los pequeños, pequeños por revestirse de humildad y sencillez. Pequeños por abrir su corazón a los deseos de Dios.

Y por Él, recibimos la sabiduría de conocer al Padre y de ser dichosos por ver lo que realmente vemos, la Gloria de Dios Padre que se realiza en nosotros, siervos pequeños y humildes, Todo porque el Hijo nos lo ha revelado. Abramos nuestros corazones a la Gracia de Dios Padre. Amén.

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