El Señor no hace acepción de personas; mira solo la
intención que guardamos en el corazón. Como el centurión, necesitamos sentirnos
pequeños, humildes y agradecidos por su infinito Amor Misericordioso.
Señor, dame la inquietud de estar siempre vigilante en
tu Palabra para vivir en tu Voluntad con un amor misericordioso como Tú, mi
Señor, lo haces conmigo. Amén.
Darnos cuenta de que realmente estamos salvados —no por nuestros méritos, sino por la Misericordia de nuestro Padre Dios— debe llenarnos de gozo y esperanza, iluminando cada paso que demos en este día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.