Si volvemos la mirada a María, descubrimos, de forma clara y notable, su humildad y sencillez. Y eso nos interpela para preguntarnos si realmente, ¿estamos nosotros dispuestos también a doblegar nuestras rodillas, proyectos, orgullo, soberbia y egoísmos?
Sin lugar a duda, experimentamos que nos cuesta mucho, más de lo que pensamos, doblegar nuestra soberbia, nuestras rodillas, nuestro orgullo y reconocer nuestros pecados. Ser humilde y sencillo es el reto que se nos presenta cada día de este nuevo año que empieza.
Y ese reto sería el mejor objetivo para este año que empieza. Porque, no esperes que el año sea diferente y nos traiga mejoría. El año será el mismo que el anterior, solo que con dígitos diferentes. Quienes tienen que cambiar y ser diferentes somos tú y yo. Diferentes según la Palabra de dios y conformar nuestra vida a ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.