Sucede que cuando cerramos nuestro corazón y nos vendamos los ojos, seducidos por las tentaciones de este mundo, somos capaces de hacer verdaderos disparates, incluso, pasar por encima de cualquier persona. Perdemos la razón y nos dejamos llevar por nuestra propia ideología.
Y eso llega hasta tal punto que nos desorientamos y perdemos el sentido y rumbo de nuestro destino. Eso, parecemos ovejas sin pastor, extenuadas y abandonadas sin saber qué hacer, y sometidos a la voluntad de los vientos del mundo que como veletas nos zarandean de un lado a otro.
Sucede muchas veces en nuestra vida. Por cualquier circunstancias quedamos abatidos, depresivos y a merced de nuestras más bajas pasiones e instintos primarios. Luego, desorientados, perdemos el verdadero sentido de nuestra vida y quedamos prisionero y esclavizados de nuestros propios pecados
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.