Cuando tu vida está puesta en Dios todo a tu derredor lo miras de otra manera, y todas las dificultades puedes superarla. Entonces el amor domina tu vida y los obstáculos se pueden vencer. Porque, amar no es lo mismo que estar enamorado. Hay grandes diferencias.

El enamoramiento es una atracción que te impulsa a poseer al otro, a tenerlo para ti y hacerlo algo tuyo. Alguien que te quiera, que te haga feliz según tus gustos, tus apetencias e ideas. Alguien que haces tuyo de manera egoísta. Y claro, llegas incluso hasta cosificarlo.

Nada de eso, amar es otra cosa. Es darse, sacrificarse y entregarse al bien del otro. Es aceptar sus defectos y luchar con él para corregirlos. Es pelear por morir a mis caprichos para sostener el amor de ambos. Es perder nuestras vidas para ganar la de los dos. Eso es realmente el amor. Luego, eso, si existe, nunca se puede separar.