La Profecía tiene su cumplimiento en esa joven elegida, María, ya anunciada por el Profeta Isaías. El Evangelio de hoy narra el relato de la visita de María a su prima Isabel, que también ha sido bendecida – siendo ya mayor – con la maternidad de alumbrar al Precursor.

Todo tiene su cumplimiento, y en Jesús, ese Niño Dios que está ya nacido en el vientre de su Madre, se irá cumpliendo todo lo profetizado hasta el último momento de su Vida donde la entrega en la Cruz. Y al pie de la cual estará su Madre, firme y fiel hasta el último momento.

Seamos creyentes y, llenos de humildad y fe, corramos a Belén a esperar a ese Niño Dios que nace para traernos esa Buena Noticia que nos llena de gozo, esperanza y vida. Saltemos exultantes, como Juan, en el vientre de su madre Isabel al descubrir que Dios se hace hombre y viene a salvarnos.