Si se nos invita a colaborar, enseguida ponemos pegas, dificultades o justificaciones para
quedarnos quietos. Nos resistimos a participar, a implicarnos, a dar un paso
hacia delante.
Madre, intercede por
todos nosotros, tus hijos, para que no nos cansemos de seguir buscando un
encuentro, cada vez más íntimo y profundo, con tu Hijo. Y, como consecuencia,
vivir según su Voluntad.
Y si algunos se animan a
participar, no faltan quienes les critican, les desprecian o incluso les
insultan. Es la respuesta típica contra quienes intentan ser mejores y
acercarse más a Dios.
Hoy Jesús nos invita simplemente a no mirar desde la barrera. Antes de juzgar, detengámonos un instante y preguntémonos: ¿Qué puedo hacer yo —qué podemos hacer ustedes y yo— para construir el Reino?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.