Nuestra esperanza renace cuando, apoyados en las
promesas reveladas por los profetas, también nosotros aguardamos la venida del
Señor que en estas fechas recordamos y celebramos.
Enséñame, Señor, a darme cuenta de tu venida. Dame la sabiduría de saber
que Tú estás entre nosotros y que, por tu Amor y Misericordia, estamos
salvados. Que no pierda, Señor, esa oportunidad que Tú me das.
Nace el Mesías prometido, el sol naciente que proclama Zacarías: viene
de lo alto para iluminar los valles de muerte y las sombras de la desesperanza,
y guiarnos hacia el Reino de la paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.