martes, 11 de febrero de 2014

LA NOCHE: UN BUEN MOMENTO PARA PENSAR

El camino tiene muchos tropiezos y en muchos momentos se hace imposible seguirlo. Es entonces cuando experimentamos por nosotros mismos las dificultades para continuar. Se nos presenta una disyuntiva: seguir el camino como sea, o abandonar y dejarnos llevar por la corriente del mundo en que vivimos.

La mujer pagana no pensó así. Teniendo a su hija poseída por un espíritu inmundo no se quedó quieta. Salió y buscó y corrió detrás de Jesús porque había oído que podía expulsar al demonio de su hija. Y se implicó en encontrarlo. No reparó en esfuerzos, ni vergüenzas, ni indignidades, ni reproches o negativas. Siguió adelante convencida que Jesús la escucharía.

E incluso, advertida que no estaba bien darle la comida de los hijos, ella humillada, suplicó por las migajas que caídas de la mesa se las comen los perrillos.

¿Llega nuestra fe hasta este convencimiento que nos mueve a buscarlo?

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