lunes, 26 de mayo de 2014

LA NOCHE, UN BUEN MOMENTO PARA PENSAR

Se hace bastante difícil limpiar la tierra cuando se ha dejado de cultivar y abandonada a la mala hierba. La cosecha necesita de cuidados y de atenciones. No sólo la semilla garantiza la cosecha, pues ésta necesita buena tierra y abonos y el agua que revienta y descubre la semilla para que se abra al fruto.

Nuestra vida espiritual es muy parecida. Necesita morir y abrirse a la nueva vida, a la vida del Espíritu de Jesús que la fertiliza, la abona y le da la savia que la alimenta y le hace dar frutos. Frutos de amor que guardan los mandamientos que testimonian el seguimiento al Señor.

Porque sólo aquel que guarda los mandamientos del Señor le manifiesta su amor. La expresión del amor es la obra de los mandamientos.


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