Sucede que si la unión matrimonial está apoyada en los sentimientos y las pasiones, su vida durará lo mismo que duren los sentimientos y las pasiones. Pero, si la unidad matrimonial se fundamenta y apoya en el compromiso, el amor nunca muere sino, todo lo contrario, crece y se agiganta con el paso del tiempo.
Sin lugar a duda que la base de la unidad nace en la atracción tanto física como intelectual, pero esa base quedada soldada para siempre si existe compromiso, compromiso de amor en santo matrimonio. Que no es otra cosa que invitar a Jesús a participar de ese proyecto de unidad de los cónyuges, que se comprometen por y en su amor abiertos a la vida.
Así, el amor es la máxima expresión de fidelidad y compromiso que se prolonga en la apertura a la vida y que garantiza en él el desarrollo, crecimiento y educación de los hijos.
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