Un tesoro es un tesoro, valga la redundancia, cuando su valor es cuantioso y muy grande para alguien en concreto. Tal es el caso que, pueden haber tesoros para unos, que no lo son para otros. De esto podemos deducir que lo primero es conocer el valor de las cosas, porque sin ello no podemos discernir el valor del tesoro.
Buscar el Verdadero Tesoro, escondido en nuestro corazón, supone primero descubrir su Verdadero Valor. Y descubierto será lo que busquemos. Y hallado dejaremos todo lo demás para adquirirlo y guardarlo como lo más preciado y valioso de nuestra vida.
Entonces viviremos gozosos y felices y ocupará el centro de nuestra vida, porque allí, en Él, estará nuestro corazón. ¿Dónde está tu tesoro?
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