Los hijos de las tinieblas son más sagaces que los de la Luz. Y no sólo se dice, sino también se nota. ¿Dónde están los católicos que no se les ve? El Mensaje que proclamamos y que también intentamos vivir, no es para guardarlo, sino para sacarlo a la luz.
Hay, por tanto, que airearlo y lanzarlo al viento, para que el aire lo mueva de un lado para otro. ¿Por qué no convocarnos y reunirnos para ofrecer nuestro Voto Católico? Simplemente es concentrarnos, igual que han hechos otros, y presentar nuestras peticiones.
Los partidos que nos prometan cumplir lo pedido tendrán nuestro voto. Imagínesen que nos reunimos y presentamos firmas, por los que no pueden ir, unos centenares de miles de personas. Aparte de la publicidad de los medios, los partidos empezarán a tener a la Iglesia en cuenta.
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