domingo, 4 de octubre de 2015



No se entiende un matrimonio sin amor, porque el amor une y estabiliza la unión matrimonial. Es reflejo del amor de Dio que nos ama para siempre. Así lo pensó desde el principio.

Y ese es el compromiso, amar por encima de las diferencias, los contratiempos, las enfermedades, las ideologías,  las dificultades, los egoísmos y todo aquello que amenaza con separar.

Ocurre que en el amor matrimonial se necesita el esfuerzo mutuo de la familia., y esas fuerzas se encuentran en el Amor de Dios, que nos ama sin condiciones y por encima de nuestras ofensas y rechazos. Así, en Él, nosotros encontramos referencia y fuerzas para amarnos. Por eso le necesitamos en nuestro matrimonio.

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