sábado, 16 de abril de 2016



Es verdad que  los cristianos, es decir, las personas que confesamos seguir a Jesús y estamos bautizados nos resulta muy difícil seguirle. Amar a las personas que, quizás nos hacen daño o que no nos pueden devolver lo que les damos, se nos hace muy pesado.

Pero también es verdad que, Jesús nunca nos ha engañado y nos ha dicho que era fácil seguirle. Nos ha advertido que quien quiera seguirle que cargue con su cruz y le siga. Y esa es una de las cruces más difíciles de llevar y soportar.

Pero tampoco se desvincula y aleja de nosotros. Nos confiesa que Él se queda con nosotros y camina con nosotros. Y que esa carga de dar amor se hará suave y ligera y que la podremos, en y con Él, soportar. Sólo hace falta creer y confiar en Él.

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